José Ignacio Rodríguez Mata, o Nacho, para los amigos, apicultor y propietario de Miel de la Mata, me envía estas emotivas palabras que ha escrito en recuerdo de Pepe Cerdá, nombre ilustre de la apicultura en España y que tras largos años de lucha contra la enfermedad ha fallecido hoy.
El zumbido de las abejas en el colmenar sigue, igual que la vida. Las colmenas están blancas en la Sierra de Ayora y con siete cuadros de cría a pesar de la fecha en la que estamos. Habrá que decidir que hacer con ellas, pero eso ya no le tocará hacerlo a Pepe Cerdá. Ahora es el momento en el que incordie a San Pedro diciéndole que allí caben más colmenas y que hay que comprar más paquetes de abejas, porque lo importante es tener cuantas mas mejor.
Cuanto siento la pérdida de mi amigo. El hombre del eterno pelo blanco. Desde que lo conocí siempre fue así. Nunca envejecía. Siempre con una vitalidad y una ilusión por aprender e innovar infinitas. Con unas ganas enormes por ayudar a los demás. Estas ganas lo llevaron a fundar junto a otros apicultores la Asociación Nacional de Apicultores de España, la Cooperativa Nacional de Apicultores y poner todo su esfuerzo y ayuda para que se celebrara en Ayora el Simposio de Apimondia sobre Apicultura Trashumante.
Siempre en un segundo plano, tras las bambalinas, jamás lo vi apuntarse un tanto o vanagloriarse de lo conseguido. Su ilusión y meta en la vida era la de unir a todo el sector apícola español. Un ideal que quedó en eso.
Cuando llegó el momento de la retirada supo poner el intermitente y dejar paso a la nueva generación de apicultores que veníamos empujando y siempre nos alentaba a seguir, a no desfallecer y a trabajar sin descanso.
He tenido la suerte de compartir con él momentos, vivencias y consejos que nunca olvidaré y que guardaré como ese tesoro que poco a poco las abejas nos regalan día a día.
Gracias Pepe por todo lo que me has enseñado, no sólo de apicultura. Hoy soy mejor persona gracias a ti y a tu familia.
Descanse en Paz.
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